
Tiempo atrás, antes de la pandemia actual
Durante mucho tiempo, solo el pensar en “casarme” con alguien me producía mucha angustia. El mandato familiar en mi caso es: el hombre se excluye en lo real.
Tras una larga convivencia con mi pareja y con una hija, él decide dar el paso e ir más allá del yo proponiéndome matrimonio! Lo primero que me surgió fue una fuerte angustia. Entendí que decir que sí era atravesar un borde, es decir, ir más alla de los límites que el yo me decidió. Dije que sí y comenzamos los preparativos para nuestra boda en Barcelona, ciudad donde migramos desde Argentina, años atrás.
Por una nueva crisis económica en Argentina nuestros amigos empiezan a informar que probablemente no vienen. En una conversación casual se nos ocurre la idea: y si vamos a Argentina nos casamos por lo civil y luego celebramos nuestra boda aquí?
En ese momento compramos vuelos para viajar improvisadamente a 40 días más o menos de la fecha. A partir de allí se empezaron a presentar esfinges de todo tipo, lo cual nos mostraba lo inmenso a lo que nos dirigíamos.
Viajamos, lo que era un encuentro informal se combirtió en toda una boda llena de sorpresas maravillosas que nos regalaron entre todos nuestros amigos.
El día de la boda pronosticaban lluvia torrencial y nosotros confiando en nuestro desde donde, la planificamos al aire libre.
El día de la boda la lluvia efectivamente estaba muy presente, el cielo muy cerrado y nuestros amigos y familiares muy insistentes en que teníamos alquilar urgentemente algún lugar techado o traer pérgolas porque no iba a dejar de llover.
La Enseñanza enseña que el Universo sincroniza con el desde donde de cada quien. Y cada vez que fui más allá del yo, el Universo ungió mi decisión. Las casualidades se presentaron a mi favor.
Lejos de cualquier predicción meteorológica, precisamente en el momento en el que teníamos que Iniciar, armar las mesas y practicar la Entrada en el jardín, se abrieron dos nubes y apareció el Sol! El Universo ungió una vez más mi decisión de ir más allá del yo.
La lluvia no interfirió y solo se hizo presente en la madrugada al finalizar la celebración!
A pocos días de regresar del viaje a Argentina, debido al confinamiento por la pandemia, no fue posible celebrar bodas. Gracias a la decisión tomada más allá del yo, lo que fue entramado fue una casualidad que hizo posible una gran boda, que no hubiese sido posible por la situación mundial.
¡Atravesé un borde, y el Entramado lo ungió!
Por: M. Julia Achilli